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El amor es la gasolina del alma



Esa podría ser fácilmente la frase que resume ser madres/padres... Las vivencias que rodean a todo el camino que requiere ser madres/padres pueden ser a veces paseos por llanuras y otras muchas, intentos de sobrevivir en medio de la selva, a la cual no somos conscientes cómo hemos acabado llegando. Muchas veces incluso antes de materializarse la concepción, los padres inician un camino de Amor, coraje, fuerza de voluntad, valentía, paciencia hasta llegar culminar la concepción. Algunas parejas tienen que pasar por meses de "búsqueda", de métodos, de cálculos, de miedos, dudas, inseguridades y cuestionamientos empujados por el deseo de ser madres/padres...mientras que otras que se encuentran, sin contar con ello, en el camino de la maternidad/paternidad, planteándose, revisando y abriendo el corazón para acoger una nueva vida. La biología, una vez se ha iniciado este camino a "Ser madres/padres", abre otro nuevo Universo: el proceso de embarazo. Esta etapa, suele asociarse "conceptualmente" a un estado de plenitud y felicidad en el que los padres, pletóricos de la alegría caminan ilusionados hacia el momento de parto. Es un tiempo para estar felices, plenos, llenos de felicidad y de ilusión. Es el espacio de "buena esperanza". Pero la vida a veces nos trae situaciones que no están en nuestra hoja de ruta y podemos transitar embarazos difíciles, con dolores, molestias, riesgos para el bebé, removimiento hormonal,...que puede tirar por tierra nuestra bucólica idea del embazo. Situaciones que más allá de acompañarnos a conectar con un momento de expansión y plenitud, nos remueven los cimientos internos y nos muestran un lado del camino de la maternidad/paternidad que desconocíamos y pueden a veces, llevarnos a planteamientos internos y cuestionamientos de la "alegría" de este proceso. El tránsito del parto, con todas las situaciones no contempladas, agravios, dolor, disgustos, quiebre interno,...el postparto abriéndonos a un mar de emociones para las que se supone que tenemos los recursos internos y que nuestro instinto "sabrá", las dudas, el cambio en la relación con la pareja, en mi lugar con la familia y amigos,... La crianza y los cuestionamientos de qué es el mayor bien, las vivencias imprevistas y ante las que nos sentimos sobrepasad@s e impotentes, los llantos internos y externos,...los movimientos que todo ellos conlleva...los posicionamientos ante nuestro entorno honrando lo que sentimos que cuidará a nuestr@s hij@s... Todo, absolutamente TODO ello tiene sentido a los ojos del Amor. Cuando sentimos como madres el pálpito de nuestr@s hij@ en nuestro vientre, cuando como padres ponemos la mano y sentimos como el Ser en el vientre de la madre nos responde con un movimiento, cuando escuchamos los latidos del corazón, cuando por primera vez tenemos a nuestr@ hij@ en nuestros brazos y se duerme confiad@ en ellos y nos inunda de una paz y un Amor infinitos, cuando después de noches sin dormir, se lanzan a nuestros brazos con toda la ternura y un beso del Alma, cuando en momentos complicados se acercan y nos sanan con un Te Quiero,... Es el Amor, el motor de La Vida, la Fuerza más grande que hay. Es el Amor el que a pesar de todos los tránsitos nos permite, de nuevo, cada día volver a levantar la mirada y Creer porque nuestr@s hij@s nos recuerdan esa pureza del Alma, esos que nosotr@s fuimos un día y esos que en algún lugar de nuestro Ser aún Somos.

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